MIÉRCOLES SANTO
• Santoral: San Ruperto.
Evangelio: Mateo 26,14-25
En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso:
-¿Qué estáis dispuestos a darme si os lo entrego?
Ellos se ajustaron con él en treinta monedas de plata. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo. El primer día de los Ácimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
-¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?
Él contestó:
-Id a la ciudad, a casa de quien vosotros sabéis, y decidle: «El Maestro dice: mi hora está cerca; voy a celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos».
Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua. Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo:
-En verdad os digo que uno de vosotros me va a entregar.
Ellos, muy entristecidos, se pusieron a preguntarle uno tras otro:
-¿Soy yo acaso, Señor?
Él respondió:
-El que ha metido conmigo la mano en la fuente, ese me va a entregar. El Hijo del hombre se va como está escrito de él; pero, ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado!, ¡más le valdría a ese hombre no haber nacido!
Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar:
-¿Soy yo acaso, Maestro?
Él respondió:
-Tú lo has dicho.