A veces pensamos que para vestir bien necesitamos tener mucha ropa o gastar mucho dinero. Pero la verdad es que con algunas prendas clave, podemos formar muchos looks diferentes, cómodos y con estilo. Estas prendas son lo que se llama un “fondo de armario”, es decir, ropa básica que combina con casi todo y nunca pasa de moda.
Para empezar, tenemos una falda larga, ya sea de tela ligera o más gruesa, es una prenda muy multifuncional. Podemos usarla con una camiseta y zapatillas para un look casual, o con una blusa y zapatos más elegantes si se necesita ir un poco más arreglada. Es cómoda y sirve para todo tipo de ocasiones.
Seguimos con una blazer, una chaqueta con corte formal, pero que también puede usarse en el día a día. Si elegimos una en un color neutro como negro, beige o azul marino; combinará con casi cualquier cosa: pantalones, falda o incluso con vestidos. Es una prenda que añade profesionalidad sin dejar de ser cómodo y moderno.
No podía faltar unas camisetas lisas de manga corta o larga, en colores como blanco, gris o negro, pueden parecer sencillas, pero son muy útil. Se pueden usar como prenda única o debajo de una chaqueta, blazer o jersey. También sirven tanto en primavera como en otoño y verano.
Tampoco nos podemos olvidar de unos buenos vaqueros de corte clásico, ni muy ajustados ni muy anchos, que son indispensables. Combinan con absolutamente todo y podemos usarlos tanto para ir a clase como para una salida de fin de semana.
Y por último tenemos una prenda distinta y que haga que el look sea único. Puede ser una chaqueta de cuero, un bolso colorido, una camisa con estampado diferente o unos zapatos originales. Es esa prenda especial que da un toque a tu estilo.
Tener un buen fondo de armario no significa tener mucha ropa, sino tener la ropa adecuada. Con estas pocas prendas, se pueden crear muchos conjuntos diferentes para distintas ocasiones que también salvarán a cualquiera de un apuro.