El pasado lunes Donald Trump, el presidente de Estados Unidos, firmó la paz entre Israel y Jamás. Aunque la noticia ha sido un golpe de esperanza en el mundo, la ciudad de Gaza ha quedado devastada.
Se calcula que un 84% del territorio está destruido, y las escasa infraestructuras que han quedado son inservibles, ya que no soportarían el peso de los edificios. Jaco Cilliers, del programa para la Asistencia al Pueblo Palestino, estima que la reconstrucción exigirá como mínimo 70.000 millones de dólares. Este dinero se distribuiría en las distintas necesidades: primero, habría que retirar los 50 millones de escombros que han quedado; después, se reconstruirían todas las viviendas, eso costaría aproximadamente 15.200 millones; y por último, las infraestructuras básicas, como la salud con un coste de 6.900 millones, y la agricultura con 4.200 millones.
A principios de este mes el periódico The Washington Post, publicó un artículo basado en “el documento de 38 páginas”, este habla de la propiedad del enclave palestino. El documento explica como Israel le concedería el territorio de Gaza a Estados Unidos, que la administraría bajo un régimen de fideicomiso, durante al menos 10 años. En este tiempo los gazatíes deberían ser reubicados para la mejor reconstrucción de su ciudad. Este proyecto se ha llamado «Fideicomiso para la Reconstitución, Aceleración Económica y Transformación de Gaza» (GREAT Trust).
En conclusión, este proceso va a resultar largo y muy difícil para toda la población, pero el resultado mejorará la calidad de vida de los gazatíes.

