Crisis ruso-ucraniana: situación actual en el este de Europa

En estos últimos años, el este de Europa han capturado la atención internacional con las crecientes tensiones geopolíticas entre Ucrania y Rusia. La situación actual refleja un panorama tenso y en constante evolución, con implicaciones significativas para la estabilidad no solo de ambos estados involucradas, sino también de los múltiples países dependientes de los recursos que estas naciones aportan. 

El conflicto tiene origen cuando el 24 de febrero el presidente de la Federación Rusa y jefe del Kremlin, Vladimir Putin, ordenó a alas tropa rusas a ocupar el Dombás, una región que entonces era fronteriza con Rusia. Sin mucha alternativa, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, le declaró la guerra a Rusia, y pidió apoyo económico y militar de la OTAN para repeler al ejercito intruso. La invasión se debía, en parte, al interés diplomático de Zelenskyy de que Ucrania fuese aceptada en dicha organización, para evadir la corrupción y la amenaza rusa en su frontera. Tras la invasión de Crimea en 2014 por parte de Rusia, que causó una ruptura en las relaciones diplomáticas entre ambos países y desestabilizó a Ucrania, el objetivo del presidente era resguardar sus fronteras tras el poder militar de los estados miembros, como lo son EEUU y muchos miembros de la UE. Sin embargo, el gobierno de Ucrania no logró acabar los procesos burocráticos de entrada antes de que reaccionará el gobierno de Rusia, institución a la que no le conviene tener a la OTAN en su frontera, ya que la organización fue explícitamente creada para contrarrestar la influencia rusa en Europa.  

La defensa diplomática del Kremlin fue que el conflicto armado entre ambas naciones con un pasado conflictivo era inevitable, pero que la provocación para que ocurriera en aquel momento fue la inconveniencia de la Federación Rusa con la unión de Ucrania a la Alianza. Desde esta justificación y el inicio del conflicto, las tropas rusas han avanzado a través de territorio ucraniano, atacando incluso la capital ucraniana de Kiev. Mientras tanto, los miembros de la OTAN se han visto incapaces de actuar oficialmente debido a amenazas por parte de Rusia, aunque recursos, financiación y rutas de evacuación y refugio han sido ofrecidas al gobierno ucraniano. Además, sanciones económicas han sido impuestas sobre Rusia, aunque esto ha resultado en una disminución de recursos exportados de la federación a los países sancionadores, en particular de gas, lo que ha debilitado sus economías. 

El conflicto continúa dos años después, y no se puede predecir un desenlace probable. La posibilidad de una resolución apacible dependerá de la voluntad política de ambas partes para llegar a un acuerdo y encontrar un terreno común. La comunidad global tiene la responsabilidad de continuar apoyando los esfuerzos de Ucrania, pero también promover el diálogo entre los dos países beligerantes, y apoyar los esfuerzos para restaurar la estabilidad en la región del Este de Europa.  

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