La Unión Europea se despliega en el Mar Rojo.

La Unión Europea lanza una misión naval para proteger a los buques comerciales en el Mar Rojo de los ataques de los rebeldes hutíes respaldados por Irán. 

El Estrecho de Bab el-Mandeb, que separa el Mar Rojo del Golfo de Adén, se convirtió, desde que se abrió el Canal de Suez en 1869, en un paso imprescindible para completar la que actualmente es la ruta marítima más corta entre Europa y Asia, evitando así un recorrido de 3.000 millas más, y más de 10 días adicionales de navegación rodeando el Cabo de Buena Esperanza, en el extremo sur de África. 

Por tanto, desde entonces, el Estrecho de Bab el-Mandeb es una de las rutas más concurridas del comercio internacional. De hecho, a día de hoy, una cuarta parte de todo el comercio marítimo del planeta transita por aquí. 

Además, este Estrecho es también una de las principales vías de suministro de energía a nivel mundial, ya que cada día pasan por aquí unos 4,5 millones de barriles de petróleo (con origen en los países de Oriente Medio y Asia, y destino, Occidente), y el 8% de los cargamentos mundiales de gas natural licuado también circularon por él el año pasado. 

Es por ello que este Estrecho es un punto estratégico y económico muy importante. Sin embargo, su importancia se ve contrarrestada por su inestabilidad. Históricamente, los navegantes que transitaban la zona de la entrada al mar Rojo desde el océano Índico estaban expuestos a numerosos peligros (desde corrientes y vientos, pero también, piratería y conflictos). 

En la actualidad, la principal amenaza en el estrecho son los ataques de los rebeldes hutíes, quienes justifican sus ataques como respuesta a la guerra de Israel contra Hamás en la Franja de Gaza. Aunque aseguran que sus ofensivas con drones y misiles tienen como objetivo embarcaciones de Israel o con destino a este país, en la práctica, sin embargo, los ataques están afectando a todo tipo de buques que en la mayoría de casos no tienen vinculación alguna con Israel y se dirigen a otros países. 

Dado a la intensificación de los ataques por parte de los rebeldes hutíes con más de 45 ataques con drones cargados con explosivos y misiles a los buques comerciales occidentales que navegan cerca de Yemen. Los países han visto la necesidad de actuar al respecto. 

Ya en diciembre Estados Unidos había lanzado la Operación Guardián de la Prosperidad, que tenía como objetivo realizar ataques de represalia contra los hutíes. Por lo que muchos países no respaldaron por temor a que esto provocara más conflictos. 

Esta situación ha llevado a la Unión Europea (EU) a inaugurar la operación Aspides (“escudo” en griego), que es una iniciativa naval liderada por Italia destinada a frenar la creciente inestabilidad y mantener la seguridad en el Mar Rojo. 

La misión consta de cuatro buques de guerra y del cuartel general en Grecia. Dicha misión tiene un enfoque defensivo, y su objetivo proteger y escoltar la navegación del Golfo Pérsico, el Golfo de Omán, el Golfo de Adén y el Mar Rojo, una de las rutas comerciales más importantes del mundo. En esta participan buques de Francia, Alemania, Grecia e Italia. 

Las consecuencias son significativas y están afectando a la economía global. Provocando un incremento en los costes de navegación, retrasos en las entregas provocando escasez de bienes dando lugar a un aumento de los precios. 

En resumen, los ataques de los hutíes en el Mar Rojo representan una seria preocupación, y la respuesta de la Unión Europea es crucial para mantener la seguridad y la estabilidad en esta parte del mundo. 

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