En 1950, Alan Turing, en su artículo Computing Machinery and Intelligence, planteó la idea de la posibilidad de que las máquinas pudieran pensar por sí solas. Para poder evaluar la inteligencia de cada una de ellas, estableció el Test de Turing.
Posteriormente, la inteligencia artificial ha ido desarrollándose a pasos agigantados, como, por ejemplo, en 1997, cuando el ordenador Deep Blue de IBM ganó una partida de ajedrez a Kasparov, uno de los mejores ajedrecistas del mundo. Pero no fue hasta 2020 cuando OpenAI lanzó diversos modelos de lenguaje, como el GPT-3. Estos se crearon con la idea de desarrollar textos y responder preguntas de forma coherente.
Aunque sus posteriores actualizaciones, como la de 2021, se centraron más en poder mantener una conversación interactiva. Hasta llegar a la actualidad, en la que ChatGPT se considera una inteligencia artificial generativa, es decir, que se puede utilizar para diversos aspectos, como educación, creatividad, programación, negocios, etc.
Cuando ChatGPT se estrenó, ocupó el primer puesto de los rankings en IA por tres razones básicas: su tecnología avanzada, ya que utiliza modelos muy potentes como GPT-3 y GPT-4 para desarrollar respuestas inteligentes y con sentido; también su uso didáctico, ya que se podía usar de forma más fácil; y, por supuesto, su popularidad en las redes sociales. Todo ello le sumó importancia a sus acciones, que llegaron a costarhasta dos millones de dólares. Por desgracia, tras el lanzamiento de DeepSeek, OpenAI ha perdido muchos inversores e ingresos. DeepSeek es la nueva inteligencia artificial china, que es más rápida y barata. Tras esto, los inversores se replantearon sus inversiones en acciones de OpenAI. Como consecuencia, OpenAI, Nvidia y muchas otras han perdido millones de dólares. A su vez, las acciones de DeepSeek suben a la velocidad del rayo. Por otra parte, ChatGPT ha intentado enfrentar a la nueva inteligencia china lanzando nuevos modelos al mercado tratando de igualar a DeepSeek.
En conclusión, el lanzamiento de la nueva IA ha producido un grave temblor en los cimientos de OpenAI y muchas otras. Pero estas demuestran no querer volver a derrumbarse. Igualmente, debemos estar al tanto de los diferentes cambios que puedan experimentar estas empresas. Lo que queda claro es que Estados Unidos y China competirán por el primer puesto en cuanto a la IA.