Recientemente, varios científicos han identificado un tipo especial de células inmunes, las llamadas “células asesinas”, también conocidas como “natural killer”. Este tipo de células son linfocitos del sistema inmunitario innato y resultan esenciales para prevenir muchos tipos de cáncer, así como otras patologías.
Estas células destruyen las células cancerosas mediante un ataque a su membrana plasmática, lo que provoca un proceso denominado citólisis. Durante este proceso, la célula pierde su material genético y se detienen los procesos vitales que lleva a cabo.
Pero ¿cómo reconocen las células asesinas a las células infectadas o cancerosas? Los estudios realizados muestran que las detectan de dos formas: o bien mediante el reconocimiento de un tipo de material que contiene glicocálix, el cual se encuentra alterado; o bien a través de la pérdida, en las células cancerosas, del complejo mayor de histocompatibilidad (CMH o MHC) de clase I.
Por tanto, estas células podrían ser potenciadas para atacar las células cancerosas de forma más efectiva. Este hallazgo abre nuevos caminos para desarrollar tratamientos contra el cáncer más eficaces y duraderos.

