Un estudio reciente de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) ha revelado que un 30% de los españoles cree que no se les dice toda la verdad sobre la eficacia de las vacunas. Esta investigación, que es la primera en su tipo en España, analiza el impacto del populismo científico en la sociedad.
Aunque la mayoría de los encuestados confía en lo que dice la ciencia, hay un grupo que prefiere basarse en el «sentido común» antes que en la evidencia científica. Estas actitudes suelen estar ligadas a la desconfianza hacia la comunidad académica y la creencia de que el conocimiento debería estar en manos de la gente común.
Lo respecto a la salud pública, el estudio indica que el 35,6% de los encuestados sospecha que las farmacéuticas están ocultando riesgos de las vacunas. A pesar de ello, la mayoría apoya la vacunación infantil y rechaza dichos como la supuesta relación entre vacunas y el autismo (trastorno generalizado del desarrollo).
El informe también analiza la relación entre populismo científico y factores como la edad, nivel educativo e ideología. No se han encontrado diferencias significativas en estos aspectos, aunque sí hay una ligera correlación entre mayor religiosidad y escepticismo científico.
En general, los españoles valoran la ciencia y su papel en la sociedad, especialmente en la salud pública y la solución de problemas energéticos. Sin embargo, también sienten que la investigación no siempre responde a sus preocupaciones más inmediatas.