Una nueva teoría trata de juntar la relatividad de Einstein con la mecánica cuántica.  

Un grupo de científicos de la University College de Londres lanza una nueva teoría que pretende juntar finalmente las cuatro fuerzas de la naturaleza bajo una misma serie de leyes que logren explicar el funcionamiento de todas ellas, la han llamado “teoría post cuántica de la gravedad clásica”. 

Desde mediados del siglo pasado, uno de los mayores retos de la comunidad científica en física ha sido la difícil tarea de unir en un conjunto de leyes las cuatro fuerzas que rigen nuestro universo: la gravitacional, la electromagnética, la nuclear fuerte y la nuclear débil. El genio científico alemán Albert Einstein logró unificar la teoría de la gravedad de Isaac Newton, y las leyes que explicaban el electromagnetismo en su famosa teoría de la relatividad general. Años más tarde el estudio de las partículas subatómicas que comenzó con el mismo Einstein, acabaría con un enrevesado complejo de leyes para explicar la mecánica cuántica y el comportamiento de las partículas más pequeñas de las que tenemos constancia. 

Sin embargo, aquí surge un problema que atormentaría a la comunidad de físicos desde los años 50 hasta hoy: la ley de la relatividad general se contradice con las leyes de la física cuántica. 

Ambas teorías se han demostrado y se mantienen sólidas, pero se contradicen y parecen ser completamente imposibles de reconciliar. 

Muchos científicos a lo largo de las últimas décadas se han esforzado en encontrar una forma de juntarlas, y han surgido varias teorías a lo largo de los años para tratar de hacerlo. 

Posiblemente la más famosa de ellas es la teoría de cuerdas, que no se ha probado experimentalmente, pero desde la física teórica explica las partículas fundamentales y las fuerzas de nuestro universo como cuerdas unidimensionales e interconectadas que vibran, en vez de la materia como partículas como puntos sin dimensión. 

Las cuerdas propuestas en esta teoría vibrarían con distintas intensidades para formar las distintas partículas que conocemos, con distintas masas, consistencias y propiedades. Sin embargo, para que esta teoría llegase a poder ser válida requeriría de la existencia de al menos 10 dimensiones, 7 adicionales a las que percibimos, y que existirían a escalas muy muy pequeñas. 

Una nueva teoría. 

El equipo de la universidad londinense propone una forma completamente nueva y rompedora de abordar el problema. 

Todas las teorías hasta el momento buscaban “cuantizar” la gravedad para que como las demás, la fuerza de gravedad estuviera regida por una partícula portadora. Pero esta partícula teorizada no parece aparecer en ningún lado.  

Es aquí donde surge el planteamiento del equipo del doctor Oppenheim, quien está en cabeza del proyecto que ha publicado la investigación en dos artículos simultáneamente en Physical Review X y Nature. Estos plantean tratar todo el universo y el espacio tiempo de una manera clásica, en otras palabras, descarta por completo la teoría cuántica. Al proponer que nada en el universo es cuántico, la teoría de Oppenheim dice que nada se puede predecir correctamente mediante el resultado de una medición. Esto lleva a que haya fluctuaciones aleatorias y violentas en el espacio-tiempo, y el peso de un objeto sea impredecible si se mide con precisión. Esto sucede por estas fluctuaciones, que hacen que ese peso esté cambiando constantemente. 

El experimento que se propone para probar esta teoría es muy simple y a la vez muy complicado: consiste en medir la masa de un objeto con mucha precisión para ver si realmente como propone la teoría, esta varía con el tiempo.  

El experimento resulta difícil con las referencias de medición de masa que tenemos actualmente, pues ningún instrumento de medición disponible actualmente puede acercarse a la precisión requerida para medir el efecto de las fluctuaciones de la masa del objeto medido. 

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