Trump vuelve a la Casa Blanca

El día 5 de noviembre se llevaron a cabo las elecciones presidenciales de los Estados Unidos. Los candidatos principales eran Donald Trump (Partido Republicano) y la vicepresidenta Kamala Harris (Partido Demócrata). Ambos contaron con un fuerte respaldo de la población estadounidense, al punto de que en varios sondeos se mantuvieron empatados en distintos momentos. Esto refleja el nivel de polarización que enfrenta actualmente el país. Sin embargo, a pesar de la importancia del voto popular, este no es el factor decisivo para declarar a un ganador.

Estados Unidos utiliza un sistema electoral distinto al de España, denominado Colegio Electoral. Este sistema consiste en un grupo de representantes, conocidos como electores, cuya responsabilidad es elegir formalmente al presidente y al vicepresidente. El Colegio Electoral combina aspectos de una elección popular directa con una elección parlamentaria indirecta, buscando equilibrar el poder entre los estados más y menos poblados. Está compuesto por 538 electores: 435 miembros de la Cámara de Representantes (basados en la población de cada estado), 100 senadores (dos por estado) y 3 electores que representan la capital. Para ganar, se necesitan al menos 270 votos electorales, lo que implica que los ciudadanos votan indirectamente por su presidente al elegir a los electores.

Atípicamente, un día después de las elecciones, se confirmó que Donald Trump fue elegido presidente, obteniendo 301 votos electorales frente a los 237 de Kamala Harris. Trump no solo ganó en el Colegio Electoral, sino que también arrasó en el voto popular, con una ventaja de más de 5 millones de votos. Logró la mayoría en estados como Texas, Nevada, Indiana, Wyoming y en otros 28 estados.

Gracias a sus propuestas y reformas económicas, Trump mantuvo la economía en orden y redujo el desempleo durante su primer mandato. Su retorno a la Casa Blanca refleja la confianza de millones de estadounidenses en su capacidad para enfrentar los desafíos actuales, desde la inflación hasta la competencia global. Esta reelección promete un periodo de políticas enérgicas, lo cual podría impactar significativamente el rumbo del país y su papel en el mundo en los próximos años, con la esperanza de que sus efectos sean beneficiosos no solo para Estados Unidos, sino también para el contexto global.

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